Gasolina con olor a impunidad.
La gasolina es el combustible fósil más utilizado en el mundo y del que depende no solo la movilización de las personas en la cotidianidad sino que también los vehículos que transportan alimentos y casi todos los bienes para el consumo humano, es altamente contaminante pero imprescindible debido a que todavía no se ha logrado utilizar vehículos híbridos o que utilicen energías alternas.
Desde hace días en algunos Estados incluido Michoacán se ha agudizado el desabasto de este combustible provocando filas y caos para que las personas puedan surtir los tanques de sus vehículos, otros prefieren llenar garrafones para transportar el combustible e irlo dosificando desde sus hogares, otros más lo revenden aprovechando la situación, las llamadas compras de pánico se han hecho cada vez más y más notorias.
Como a los mexicanos nos encanta teorizar sobre los problemas de cualquier índole no se han hecho esperar suposiciones sobre la causa del desabasto del combustible, habiendo todo tipo de versiones en torno al tema, es normal en una democracia y en un estado dominado por los medios de comunicación todavía libres como lo son las redes sociales.
El Gobierno de México dio un comunicado oficial en el que manifestó que la causa del desabasto de gasolina se debe a que se han cerrado las válvulas de varios de los ductos de petróleos mexicanos como una medida para combatir el robo de gasolina y así detectar los negocios que venden gasolina robada, la medida ya fue duramente criticada por medios de comunicación y actores políticos, desde mi punto de vista no me parece que sea una mala decisión ya que el robo de combustible genera pérdidas al menos de mil pipas al día o 60 mil millones de pesos al año.
Lo que me parece sumamente absurdo es que a pesar de que se tiene comprobado el daño económico que provocaba el robo de gasolina y que también se tiene ubicadas a las gasolineras que vendían gasolina robada solo se tiene conocimiento de tres funcionarios de Pemex cesados de sus funciones, no se ha dado a conocer cuantas carpetas de investigación se abrirán en contra de los implicados en el delito de robo de combustible y corrupción, porque no es solo de que alguien vaya ponga una manguera se robe combustible y lo comercialice, se trata de un problema de fondo que se ha acrecentado en al menos dos sexenios y que tampoco se ha clausurado una sola gasolinera de las que vendían combustible robado, no se trata de que se venga con la intención de solucionar el problema solamente, hay que atacar el origen del mismo y no permitir que quienes hicieron un daño de tal magnitud a la nación queden exceptuados de castigo alguno, es buena la idea de cerrar los ductos porque así al menos le cierran la llave a quienes se robaban el combustible pero nuestro país no puede seguir tolerando la impunidad que ya aguanto durante muchos años y que ha costado no solo dinero público sino hasta la vida de muchas personas, la molestia de la gente pensante no es tanto por el desabasto y la estrategia o la falta de la misma la molestia es por el olor a impunidad de esta gasolina que se nos esta surtiendo.